Ponencia presentada en el Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba realizada en Melgar (Tolima) 1967
Hoy, después de 30 años de su muerte, ¿qué sabemos acerca de la ideología del Che, del nacimiento de esa llama revolucionaria?
En las primeras décadas del siglo XX, , América Latina ha entrado en un proceso de modernización, ha comenzado a incorporarse al sistema de producción capitalista con sus correspondientes cambios políticos, económicos y sociales, dominados por la intervención de Estados Unidos.
La economía del continente, basada en el monocultivo, respondía a una división internacional del trabajo y a la dependencia comercial, financiera, política y militar de parte de Norteamérica.
Un año antes del desastre económico que traumatizara al sistema capitalista mundial, nace Ernesto Guevara.
Esa realidad circundante, la apreciación por lo que ve, observa y lee, las ideas liberales del núcleo familiar, van a contribuir a la fuerte formación y personalidad recia y segura del Che; desde su infancia mostró ese desprendimiento que lo caracterizó siempre: solidario, sensible y humano.
Enriquecen sus fantasías, las lecturas de Verne, Dumas, Salgari, Stevenson, personajes míticos que marcaron la niñez precoz y luego su edad madura, cada vez más comprometida y alimentada por la literatura y los viajes.
Pero si nos detenemos a considerar esa actitud del niño, encontramos esa general característica en la juventud latinoamericana de esa época, carente de pasatiempos como la televisión y el cine que hasta ahora nos llegaba, tenemos que reconocer la manera excepcional como Ernestico llena su espíritu de vivencias y fantasías que más tarde lo harán meditar y relacionar estas vivencias personales con la problemática latinoamericana.
Consideró necesario concluir sus estudios de medicina en Buenos Aires; las cartas a Celia su madre, dejan entrever su posición hacia el discurso fuertemente ideologizado y su empeño e interés por la sociedad.
Los franceses Mallarmé, Verlaine Baudelaire, junto con los latinoamericanos Icasa, Alegría, Asturias, Hernández, incrementan el desarrollo constante de su ideología que lo llevaría a descubrir el compromiso con la realidad de su pueblo.
Más tarde se inspiró en el Ariel de Rodó para determinar con mayor claridad al verdadero agresor del mundo: El imperialismo norteamericano.
La poesía fue otra fuente más de ideologización, ya que se caracterizó como gran lector de Neruda, Carpentier, Guillén y aunque sin ser poeta se impregnó de Sartre, tanto que después de su muerte, este mismo Sartre se refería elogiosamente a él.
Su primer recorrido a dedo por la Argentina, la aventura hasta Miami en compañía de Alberto su amigo, la experiencia del primer viaja a Bolivia, van modelando en él, el arquetipo de la rebeldía y conciencia profunda de su destino, no tanto como héroe sino concientizador para su época y la historia.
El épico comienzo que se da en Guatemala con relación al nuevo régimen económico y político, favorable a las mayorías olvidadas, llevado a cabo por el demócrata Jacobo Arbenz, influye directamente en él para du definitiva concientización acerca del papel que debía desempeñar en un próximo futuro; tanto es así, que su posición de activista, defensor del nuevo régimen lo llevó por último a refugiarse en la embajada de su país, Argentina, demostrándose con esto que ya se daba en él, el gran paso de la teoría a la práctica.
Claro que este paso no fue al albur, ni producto de la improvisación del joven rebelde que todos(as) hemos tenido, sino que este mismo conato revolucionario y las incipientes lecturas sobre Marx, fueron los tizones que prendieron su conciencia revolucionaria.
La política sobre la situación guatemalteca, fue analizada de manera profunda; faceta que será una línea continua en su quehacer posterior, hasta proscribir de su ser la figura tembleque de Arbenz al no enfrentar y defender la incipiente revolución guatemalteca. Por otro lado, se interesaba en la realidad por la que atravesaba su país, Argentina, en esos mismos momentos. El antinorteamericano populista pero también propulsor de la organización obrera en su país, Domingo Perón caía a causa de la confabulación de los militares y la burguesía; confabulación y caída que llevaron al Che a encontrar cierta semejanza entre los dos acontecimientos en donde se destacaba la presencia del imperialismo norteamericano y Guevara fue consciente de esto y desde ese momento, en Guatemala y luego en México, irá a profundizar más sobre esta reflexión.
Podríamos decir aquí que su conciencia ya ha despertado al marxismo, tanto que pretendió militar en el partido comunista guatemalteco, pero luego acertadamente, desistió de esta idea como premonición para encontrarse en México, libre de toda atadura dogmática y sectaria en casa de Antonia con Fidel.
Le impresionó Fidel a quien consideró un ser extraordinario por su empeño sobre las cosas difíciles que enfrentaba y resolvía, motivación que lo llevó a emprender junto a él, el camino a Cuba.
Las lecturas sobre Artigas, Bolívar y Maceo se van convirtiendo de hecho, en la elección para el socialismo y como revolucionario latinoamericano en un proceso de transformación, las ideas martianas, reafirmarán esa revolución ideológica observando cautela hacia los excesos de su supranacionalismo continental que se podrían convertir en cariz localista.
Acumulan sus conocimientos las obras de Quevedo y Cervantes, y se recrea en Alberti, en León Felipe en una incontenible ansia por conocer y sentir intensamente al ser humano.
Es difícil precisar el momento exacto en que aparece el marxista, pero en todo caso, su inclinación a él se determinará en estos momentos entre Guatemala y México, configurándose definitivamente en Sierra Maestra, merced a las lecturas del joven Marx en los manuscritos del 44 y el viejo en el Manifiesto y el Capital.
A pesar de los juicios sobre Bolívar, sobre la guerrilla mexicana y otros aspectos tratados por Marx de forma ligera y despectiva por desinformación, no impidieron que el Che adhiriera a su teoría como guía ideológica en la lucha revolucionaria.
Lee, escribe, cura, instruye sobre la milicia; actividades que ejerce con rigurosa disciplina, esfuerzo físico y gran voluntad que le imprimen fuerza y vigor.
Luego, el yate Granma con mínima capacidad se convierte en cómplice de la expedición libertaria, albergando ochenta expedicionarios que en Sierra Maestra se reduce a quince; días difíciles y amargos contra dos enemigos: Batista y el paludismo.
Anteriormente y en México, actúa como maestro del marxismo para sus compañeros de expedición.
¿Pero de dónde acá esta inclinación al marxismo, siendo su hogar pequeño burgués, laico y católico de nombre?..Pues bien, con la influencia de los exiliados españoles que se refugiaron en su casa, más aquella inclinación filosófica que lo llevó a confeccionar un personal diccionario filosófico desde el bachillerato, después de conocer al peruano doctor Pesce, médico, leprólogo, fisiólogo, político y filósofo como también en Guatemala las lecciones recibidas de Hilda Gadea, la revolucionaria aprista de izquierda, junto con la pléyade de jóvenes compatriotas de Hilda que lo estimaron e informaron para caracterizarse como un novel marxista pletórico de entusiasmo de acometer la lucha revolucionaria a profundidad.
Ya en esta época, él y Raúl eran filocomunistas fiebre que les estimuló desde estudiantes a uno en Argentina y al otro en Cuba.
Finalizada la lucha armada y tomado el poder, su preocupación por las matemáticas y la economía, hacen parte de esa nueva etapa de compromiso en la construcción de la nueva sociedad; había que librar nuevas batallas: formar cuadros técnicos, eficaces ingenieros; había que planificar la producción, la técnica, capacitando a la población y nacionalizando las empresas y los bancos, acabar con los monopolios extranjeros, entregar al Estado las empresas adquiridas ilícitamente por la burguesía.
Había que hacer la reforma agraria, combatir la contrarrevolución, organizar milicias, contingentes de obreros, campesinos y estudiantes para avanzar en el trabajo revolucionario.
Los explotadores serían despojados de los medios de producción, cesar la explotación de los trabajadores, planificar la economía, crear cada vez más conciencia en la población sobre la necesidad de la incorporación de la sociedad como motor de la misma. Esta y otras reformas se convirtieron en su mayor preocupación. La frustrada invasión de parte de los mercenarios en Playa Girón, no impidió el proceso que tanta sangre había costado.
En su intervención en Punta del Este, fue contundente, agresivo y amenazante contra los invasores, a la vez manifestando su firme apoyo a los movimientos revolucionarios que en el futuro se desarrollaren en los Andes. Ante la ONU, en los Estados Unidos, reafirma estas convicciones.
Su contacto con los países africanos ratifica en él, la validez de su método en la lucha contra el imperialismo que se comprueba en el triunfo de Argelia contra Francia.
L a Habana se convierte en el escenario de la conferencia Tricontinental para continuar su viaje con indumentaria guerrillera hacia donde estaba convencido lo requería la otra “Sierra”: Los Andes.
Ese, podríamos señalar, es el primer período según Roberto Massari en que va a manifestar realmente el conocimiento del marxismo en el Che. Corresponde al momento en que siendo ministro de industria que tiene que aplicar los conocimientos y experiencias del marxismo anterior, a la nueva etapa; pero esto no es tan fácil, merced a la lucha teórica que se libraba en este campo en la década del sesenta y concretamente en el año 64, donde intervienen nadie menos que Hippolite, Merlau-Ponty, Sartre, Lefevre y otros.
El meollo era dilucidar el humanismo marxista ya que Althusser y su corriente, afirmaban que había dos Marx: el joven Marx en sus manuscritos que no lo era, y el viejo Marx en el Manifiesto y el Capital que sí lo era. El primero desbordaba humanismo y espontaneidad, o sea poco científico; el segundo, profundo, informado y científico.
A quienes como el Che aparentemente se apartaban de la aplicación ortodoxa de este marxismo se los señalaba como seguidores del joven Marx en definitiva como no marxistas; sin embargo el Che gracias a la profunda lectura que hace y rehace de los clásicos, demuestra que el joven Marx también era marxista y humanista y por tanto la línea que se había trazado en la aplicación de la economía de la joven revolución cubana era correcta. Se trataba por lo tanto, siguiendo al joven Marx, de una elección filosófica muy precisa, es decir, ”Tomar al individuo humano concreto en su proceso de liberación: un proceso en que el individuo se realiza y manifiesta en su ser social.” (Según Massari en Che Guevara, grandeza y riesgo de la utopía pág. 87).
Esta lucha ideológica entre marxistas continúa en la medida en que el Che la va conociendo; así mismo va profundizando y releyendo para hacer que estos textos den a luz los fundamentos teóricos que necesita para la aplicación de las tareas prácticas y económicas que requiere la revolución.
No tendríamos espacio aquí para citar a cabalidad lo fundamental de esas luchas ideológicas y del papel apremiante del Che para poner en práctica lo más necesario y esencial en el nuevo orden económico de la Cuba revolucionaria, pero bástenos decir que pese a sus ingenuidades de buena fe que lo llevaron a caminar por diferentes vertientes opuestas, prudentemente iba encontrando en unas y en otras las tendencias dogmáticas, escolásticistas, aventureristas y anticuadas de todos los entes que lo contactaron y trataron de influenciarlo para proscribirlas: el dogmatismo soviético, el pragmatismo troskiano, el innovismo maoísta, el sectarismo estaliniano. De todos participó cautelosamente pero en la medida del encuentro de su error reflexionaba y cambiaba hasta llegar a la aplicación del único y solo Marx que había existido y confesaba, para por último aplicar la única dialéctica de la teoría y praxis de ese nuevo ensayo que se presentaba a la faz del mundo: la revolución cubana.
En los párrafos anteriores hemos tratado de hacer un paralelo entre el pensamiento del Che y la concepción del mundo de Marx. Nos detendremos ahora brevemente a considerar esta misma relación con Lenin en compañía de Hilda Gadea y sus compañeros apristas en Guatemala; pero la puesta en práctica de la concepción leninista solo la llevaría a cabo, como también la de Marx con ocasión del debate económico de Cuba en los años 63 y 64, en un artículo que, como ministro de industria escribió en la revista de economía con el título: ”Sistema de la financiación de Balance.”
Pero este encuentro con Lenin toma una serie de precedentes en los que figuran Stalin y Trotsky, a quienes rinde culto respectivamente según la ocasión y según el grado de información que va teniendo sobre ellos al respecto. A la muerte de Stalin en 1953 responde condolido haciendo relación a la desaparición del conductor de pueblos y en una carta a su tía firma como “Stalin II”; pero esta ilusión demora poco ya que en la medida de la información sobre Stalin y del contacto con las fuentes soviéticas, se desilusiona de él casi hasta proscribirlo.
De la lucha ideológica entre Stalin y Trotsky con relación a la línea a seguir en cuanto a las condiciones para comenzar la revolución en los países coloniales en que Stalin sostenía que debía hacerse una unión con todas las clases, inclusive la burguesía nacionalista y la línea contraria sostenida por Trotsky de la revolución permanente y el paso directo de la revolución nacionalista a la socialista, se inclinaba por esta última ya que en sus manos tenía el caso cubano en donde ciertos elementos de la concepción trotskiana manifestaban cierta semejanza.
En un reportaje hecho por Maurice Zeitlin, periodista norteamericano que le preguntaba acerca de la práctica del leninismo en Cuba, el Che, respondió que el valor del leninismo es enorme y que Lenin es probablemente el líder que ha hecho mayor aporte a la teoría de la revolución. Ha sido capaz de aplicar el marxismo en un momento dado a los problemas de Estado y salir con leyes de validez universal. Constantemente en este debate Zeitlin lo cita con una profunda importancia y respeto.
Como desacralizador de los personajes correspondientes a los clásicos del marxismo, también se atrevió a desacralizar a Lenin manifestando que en Lenin había por lo menos tres lenines ya que en la medida del paso del tiempo, las circunstancias que lo rodearon, su pensamiento iba cambiando y que por esto mismo, uno era el Lenin de Estado y Revolución, otro el Imperialismo, fase superior del capitalismo, y otro el de la NEP (Nueva economía Política.
En este mismo 1964, visita Moscú y alrededor de él se realizan una serie de discusiones, no tanto con los obreros pero sí con los estudiantes del manual que terminan por llamarlo trotskista.
Después de estas desilusiones retoma las riendas de su tarea revolucionaria y cesa en su concepción lineal y mecánica del marxismo, que por un cierto tiempo había caracterizado su pensamiento, dejando atrás sus característicos devaneos y se dedica ahora sí a leer a Trotski.
Una de la características que distinguieron al Che, fueron su liberalidad y anti dogmatismo; por ello el único contacto que tuvo con el viejo partido comunista cubano fue para recibir en el nuevo partido a los cuadros que comprensivamente adhirieron al nuevo orden, al que más tarde se llamaría Partido Comunista Cubano.
Como ejemplo de este anti dogmatismo, está la forma como repudia y critica a los estalinistas que declaran la guerra a ciertos focos trotskistas que predicaban y predicaban la “Revolución permanente”. No era defender la ideología trotskista pero sí la libertad de pensamiento dentro del marxismo.
Una característica más, será la no militancia partidista durante toda su vida; no quiere decir esto que no hubiera propendido por la organización ideológica y política en el seno de la sociedad cubana. Su pensamiento al respecto se expresa en su escrito titulado “El socialismo y el hombre en Cuba” (abril de 1965).
Guevara expone en forma sistemática su ideal de partido obrero, no muy diferente de lo que se indica normalmente como modelo histórico deducible de los principios teóricos del leninismo: partido de vanguardia, admisión selectiva, minoría de cuadros formados; compromiso de elevar el nivel de las masas; comunismo como programa de ideología, carácter ejemplar y pedagógico de la militancia, espíritu de abnegación y sacrificio. Y como siempre destacando el carácter del individuo humanista y dirigente de las masas que hacen la historia.
Como seguidor de Lenin en este aspecto, destaca el método del centralismo democrático; pese a su antigua amplitud aboga ahora por el partido único, combatiendo las diferentes corrientes posibles que se pudieran dar dentro del partido; todo esto tomado del dogmatismo y esquematismo soviético, que lo distinguieron en esta época como obsecuente seguidor del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética).
Esta etapa va a ser superada por la inclinación a su papel y principios latinoamericanos en la organización y expedición guerrillera con la que partió, acumuló y organizó en Bolivia, en la que el sistema leninista y sovietista de la organización partidista desaparece casi totalmente.
En esta organización y empresa como decíamos, no se encuentran ya sino raros vestigios de la disciplina partidista anteriormente aplicada. Su pensamiento gira ahora alrededor de una visión de aplicación mucho más amplia que la anterior y se materializa en el ideal tricontinental y de la futura OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad), que es convocada mientras Guevara actúa en Bolivia y donde no se invita a los partidos latinoamericanos de orientación trotskista y maoísta, sino a los filo soviéticos que la monopolizan dándole más importancia a la lucha electoral que a la guerrilla.
Antes de su muerte, según su diario, experimenta las más profundas desilusiones, a causa de la desorganización, de la deslealtad, a la falta de honradez y disciplina, amén de las deserciones de una gran parte de sus compañeros de expedición.
La forma de partido había desaparecido totalmente y había sido reemplazada claramente por la militarista, con la teoría del foco guerrillero; la ausencia partidista que han señalado algunos como una de las causas del fracaso de este apoteósico ensayo en pleno centro de la América India, que amó hasta dar su vida por ella, constituyó el arquetipo de su originalidad, firmeza y permanencia revolucionaria, que ahora en nuestros tiempos y en este momento de confusión, se nos presenta como el verdadero camino a seguir para la liberación de las mayorías despojadas y del mundo en general.
Hernando Polo y María Isabel Moreno
Asociados Corporación “José Martí” de Bogotá
Año 1997
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Bocanegra Jorge “Che Guevara: Abecedario Trunco”. Magazín Dominical, No. 733 Bogotá 1997
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